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04dic08
"Lo de zona liberada es insostenible"
El ministro de Seguridad, Daniel Cuenca, negó con contundencia que la policía haya liberado la zona donde ocurrió la refriega gremial. Acepta que la tropa de calle fue superada numéricamente en un momento por el contingente llegado a Rosario. Cuenca destaca que hubo requisas de todos los vehículos de gremialistas que llegaban sin que surgieran armas. Y que una intervención policial al momento de estallar la lucha cuerpo a cuerpo habría derivado en algo más trágico.
—Atilra de Rosario dice que la policía liberó la zona.
—Lo rechazo enfáticamente. Podrán discutirse otras cosas pero no hay ningún elemento para sostener eso. Supimos recién ayer que podría haber incidentes y se diseñó un dispositivo en la zona del gremio previendo un encuentro de sindicalistas. Se dispuso un control en los cuatro accesos principales a Rosario. Se chequearon 15 vehículos, la mayoría ómnibus, y se los requisó sin que se encontrara un arma. Venían desde Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe.
—Por la magnitud del grupo que avanzaba y ante el aviso de que no venían con fines pacíficos, ¿no debió haberse impedido que pasaran?
—Había un cordón policial en la puerta del sindicato y nadie ingresó. Ahora, cuando se advirtió que la cantidad de gente que llegaba superaba el control se reforzó el cerco policial. Pero no podíamos impedir sin causa razonable que la gente circulara desarmada.
—Pero no estaban desarmados: tenían palos, cadenas, piedras. Se insinuaba como un acto con fines violentos. ¿La policía no debió operar arrestos?
—Cuando la policía evaluó en el lugar que la situación era crítica pidió refuerzos. Cuando se produjo el choque se valoró que intervenir en esas condiciones habría provocado un resultado mucho más lamentable que el que tenemos. La policía intervino para hacer cesar el desmán. No lo pudo impedir, pero lo interrumpió.
—Los heridos de bala están en el grupo visitante. ¿Se sabe si los disparos vinieron del grupo de Rosario?
—No todavía, hay una jueza actuando. Los incidentes no ocurrieron frente a la sede gremial. Se está investigando. Hay dos armas de fuego secuestradas en el gremio local. Y una ojiva levantada en la calle que se va a peritar. La violencia en el enfrentamiento fue mutua.
—Hace más de un año hay en Rosario una secuencia de refriegas gremiales, por encuadramiento u orientación política, que terminaron en situaciones violentas: autos quemados, tiroteos, heridos a balazos. ¿El Ministerio no erró al subestimar lo que podría pasar ante esos antecedentes?
—Es materia opinable. El lunes ni la propia conducción de Atilra Rosario tenía idea de que vendría tanta gente. Y pese a eso pusimos retenes en cuatro accesos a la ciudad, hubo una requisa minuciosa y un cordón policial que se reforzó. Atilra Rosario sostuvo además que no se podía impedir la llegada de afiliados del mismo gremio, fueran de donde fueran, a una asamblea de trabajadores.
—Que la policía no intervenga en forma violenta ante protestas sociales es defendible. Esto pareció distinto: una especie de tropa civil armada que ocupó el espacio público avanzando sobre un objetivo gremial sin ser frenada.
—Es verdad que no es lo mismo. Esta es una diferencia que no es aceptable. Pero no nos cruzamos de brazos: hubo requisa, hubo cordón policial. Cuando se juega el clásico rosarino enviamos mil efectivos porque sabemos que la probabilidad de incidentes es grande. Acá no se previó algo de tanta dimensión. Las que llegaron fueron 460 personas y al final había 70 policías para controlarlas. Es una proporción policial aceptable. Pero al surgir el enfrentamiento se evaluó que interviniendo el desastre sería mayor. Eso no equivale a zona liberada ni a inacción. La policía cortó el incidente.
[Fuente: Por Hernán Lascano, La Capital, Rosario, 04dic08]
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